martes, 23 de agosto de 2011

No he podido evitar durante estos últimos meses una sensación muy desagradable sobre los últimos acontecimientos producidos en España y en el mundo: el PSOE y el PP están de acuerdo en muchas cosas, en demasiadas cosas, y la sensación de compadreo entre ambos para gobernar el país a sus anchas es cada vez más insoportable. Al fin y al cabo, en España sabemos mucho de bipartidismos y turnismos perpetuos en el poder (nuestro siglo XIX fue un ejemplo de ello, y así nos fue...). Ejemplos, varios:


1. No se ha dado mucha publicidad al hecho de que en enero de este año se publicó en el BOE la reforma de la LOREG, según la cual los partidos sin representación parlamentaria sólo podrán presentarse a las elecciones si recogen las firmas equivalentes al 0.1% del censo de cada una de las circunscripciones en las que se presenten, en un plazo de 20 días y sin que ningún ciudadano pueda firmar por más de un partido. Resulta curioso que cuando el nuevo candidato del PSOE habla de nuevas formas de hacer política y acercarse a los ciudadanos, las medidas legislativas apoyadas por su grupo parlamentario vayan justo en el sentido contrario: el de dificultar lo más posible el acceso de esas nuevas formas de ver la política a los órganos del poder legislativo. La propuesta fue apoyada por el PSOE, el PP, CIU y PNV.

2. De las vergonzantes escenas de sumisión del poder civil a la confesión religiosa católica a las que desgraciadamente hemos asistido estos días, llaman especialmente la atención las declaraciones de prohombres del socialismo, como José Blanco, valorando la visita papal en términos económicos y criticando a quienes cuestionan el gasto público de una visita pastoral de un líder religioso en un Estado aconfesional. A él se unió el más católico-apostólico de los socialistas: el señor Francisco Vázquez, que criticó abiertamente la marcha laica convocada para protestar contra la visita papal, por considerarla "una vergüenza para España". Podríamos pensar que son voces aisladas dentro de ese socialismo al que Intereconomía y compañía se empeñan en seguir tildando de marxista, revolucionario y disgregador (háganselo mirar), pero cuando vemos al señor Zapatero acudiendo a la nunciatura a agasajar al pontífice (ni siquiera le recibió en Moncloa, no, que no se moleste su santidad), y a varios de sus ministros en visitas varias de un empalague que provoca arcadas, enseguida se nos quita esa sensación. El PSOE ha estado muy a gusto durante la visita del Papa y así lo ha hecho ver. Dos datos más: primero, la policía nacional, dependiente del Ministerio del Interior y, por tanto, del gobierno socialista-marxista-leninista, ha protagonizado durante toda las JMJ agresiones inadmisibles contra manifestantes pacíficos y periodistas que recuerdan a otros tiempos; segundo, la cobertura del evento por parte de TVE ha rozado (y en muchas ocasiones, alcanzado) lo vergonzante, ocupando algunos días más de medio telediario en informar de noticias tales como "los peregrinos no pudieron comulgar debido a la tormenta", "lipotimias entre los peregrinos" o "las canciones de los peregrinos", informaciones todas de alto valor informativo en una televisión pública.

3. Una de las reivindicaciones del 15M con las que más se está identificando la ciudadanía es la de lograr la dación en pago para los casos de imposibilidad del pago de créditos hipotecarios y, de esta forma, evitar que al hecho de tener que devolver la vivienda hipotecada se una el de tener que seguir pagando al banco por la diferencia entre su tasación inicial y aquella que fue determinada en pública subasta. No es una regulación extraña en el mundo, se aplica en el Reino Unido y EEUU. ¿Adivinan quién tumbó no una, sino dos iniciativas en el Congreso para aprobar esta medida? Pues sí señores, PSOE y PP.

4. Además de haber realizado los mayores recortes sociales producidos en democracia, y que ya conocemos, el PSOE ha sido el artífice de otras medidas que, no por menos conocidas, dejan de ser significativas: supresión del Impuesto sobre el Patrimonio (hoy leo que puede que lo restablezcan antes de las elecciones, en un nuevo gesto de desvergüenza electoralista), aumento del 0,5% al 0,7% de la cantidad que se destina a la Iglesia por aquellos que ponen la "equis" en su casilla del IRPF (recordemos que los creyentes no pagan una cantidad adicional por poner esa equis, sino que es dinero público que deja de gastarse en otras cosas para destinarlo a la Iglesia), ampliación a 60 días del tiempo máximo de permanencia de extranjeros en situación irregular en centros de internamiento de opaco funcionamiento y dudosa legalidad (no tener permiso de residencia es una infracción administrativa, no un delito y, por tanto, nunca debería conllevar una privación de libertad).

Por todo ello, y desde una perspectiva de izquierdas, debemos de empezar a preguntarnos a quién representan estos señores, qué intereses defienden. Al PP ya se le conoce, son los mismos de siempre (tienen hasta los mismos apellidos), pero lo del PSOE es vergonzante. Desgraciadamente, estamos ante un rodillo PPSOE que está de acuerdo en una serie de líneas rojas que nunca traspasarán y que, curiosamente, afectan a los sectores más poderosos de la sociedad. En una de mis primeras entradas critiqué los fallos de nuestra Transición, que fueron muchos. Lo preocupante empieza cuando ves que dos grandes estructuras de poder se han convertido en garantes de esos fallos e intentan hacerlos perpetuos.

Por eso, desde estas líneas animo a votar el 20-N a cualquier partido minoritario que permita que nuevos aires entren en el Congreso. Ahora hay demasiado olor a naftalina y demasiada caspa en el suelo.

1 comentario:

  1. Si ya lo decia yo al final de la anterior legislatura: "el PSOE es de derechas, ojo a quien votas". Muchos me miraban raro, otros se reían y otros me decían que estaba confundida... Por lo menos, esta 2ª legislatura no fue gracias a mi voto.

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