viernes, 7 de noviembre de 2014

La izquierda catalana aún sigue con gafas de aluminio Telefunken


Llevo semanas preguntándome cómo es posible que en los sondeos y encuestas varias que se van publicando en España estemos viendo cada vez de forma más clara una posibilidad real de ruptura del sistema bipartidista y, con él, de todo el régimen del 78 y, sin embargo, dicha posibilidad aún no se atisbe en el mismo tipo de sondeos y encuestas varias publicadas en Catalunya.

Pues sí, en España ya aparece como primer discurso en intención de voto en las encuestas uno que habla de auditoría de la deuda, paralización de desahucios, renta básica ciudadana, transparencia en la actuación política y funcionamiento a través de códigos éticos para nuestros representantes públicos, entre muchas otras cosas. Esto, que no está pasando en ningún otro país de la UE salvo en Grecia, es histórico y nada usual. Que España esté eligiendo ese camino para salir de la crisis-estafa ya es, a priori, algo a celebrar. 

Catalunya no es una realidad ajena a la situación social que vive España y el resto de la Europa del Sur. Es la primera en número de desahucios practicados y la que ha impuesto los recortes más altos en toda la UE, superando proporcionalmente incluso a Grecia. Llegados a este punto, me pregunto ¿por qué ese mismo discurso, que ya triunfa en España, no lo hace en Catalunya? Observará el lector que hablo del discurso y no del actor que lo pronuncia, porque creo que ahí está la clave del "hecho diferencial" catalán. En Catalunya las CUP llevan ya tiempo defendiendo estas medidas a las que he hecho referencia y otras similares. Sin embargo, actualmente sólo cuentan con tres diputados en el Parlament y, aunque en los últimos sondeos como el del CEO muestran cierta subida, no les aúpan ni de lejos a los tres puestos de cabeza, ni soñar ya con el primero. En España el discurso al que aludo lo realiza Podemos, primero ya en intención de voto según Metroscopia y el CIS. ¿Por qué esta diferencia?

Mi teoría después de siete años viviendo aquí es que la izquierda independentista, deslumbrada ante la posibilidad de una consulta sobre la independencia, ha supeditado todo lo demás a que esta se celebre. Para analizar la realidad política ajena, se pone sus gafas y utiliza como criterio para verificar la validez de las propuestas de las distintas opciones presentes en la vida política catalana su posicionamiento ante la cuestión nacional. Si esta no es inequívocamente independentista los despachan con un "son unionistas" y a otra cosa. Me temo que son unas gafas estropeadas para analizar lo que está pasando por la cabeza de amplias capas de la población catalana. Y están estropeadas porque son las gafas que les ha prestado Artur Mas. Son gafas antiguas que les llevan a dar validez a la teoría del "primero la independencia y luego ya veremos" que, lejos de ser la propia de los partidos catalanes más a la derecha como parecería a simple vista, es adoptada así también por la izquierda independentista. Esta situación nos conduce a tener que ver que, aún a día de hoy y ante los sucesivos doblamientos de espinazo de Artur Mas ante el gobierno de Rajoy, las CUP han acudido a todas las reuniones y han salido en todas las fotos que aquel les ha pedido. Hemos llegado a ver incluso a David Fernàndez haciendo de voluntario telefónico junto a Francesc Homs para promocionar el 9N, cosa que hoy es impensable y chirría sobremanera a cualquiera que en otras partes del Estado quiera representar una alternativa popular a la política criminal que sufrimos. Yo puedo querer una Catalunya independiente, pero quiero que se me explique cómo será y veré si me convence. Desde luego, nunca me apuntaré a un proyecto donde las reuniones, las fotos y la iniciativa las tiene el representante de la burguesía catalana. Quiero una izquierda alternativa, no seguidista. Retroceder al 78, podéis retroceder solitos.

Se me dirá que las CUP han  luchado por esta consulta muchos años y que ahora no pueden echarse atrás. Entonces, ¿una consulta a cualquier precio? ¿Aunque no tenga ningún valor legal? ¿No nos merecemos los catalanes decidir sobre algo más que una cuestión nacional que no nos interpela por nuestra posición ante las injusticias sociales que nos joden la vida aquí y ahora?

Todo esto hace que se note ya cierto nerviosismo en esta izquierda catalana ante el surgimiento de Podemos (sí, parece que el nerviosismo no sólo está en el PPSOE) y ya se ha escuchado a Oriol Junqueras plantear ante la prensa internacional que los inversores internacionales podrán elegir entre los separatistas catalanes o "el partido antisistema Podemos", o a Manuel Delgado decir que Podemos puede convertirse en caballo de Troya del españolismo en Catalunya. Yo tengo una visión muy diferente: la de que un proceso liderado por dos partidos que llevan recortándonos derechos tres años y que aún hoy barrerían en las encuestas, apoyado por organizaciones pseudo-populares como la ANC y Omnium que no reponden más que a los intereses de lo más conservador de la sociedad catalana y donde las CUP y el resto de la izquierda catalana (si es que existe algo más) tienen el papel testimonial que hemos visto, es un proceso que favorece 1) a lo poco que queda del moribundo régimen del 78 en Madrid, pues aún nutre de votos de la carcundia más ultra al PPSOE y 2) a dos partidos catalanes que son puro status quo y que nunca han puesto en cuestión la necesidad de la austeridad y los recortes impuestos por la troika. ¿Alguien me puede explicar cuál es el papel de la izquierda aquí más allá de ser, como han sido hasta ahora, meros comparsas de este circo? ¿Quienes son los verdaderos caballos de Troya del españolismo? ¿Dejar Catalunya en manos de los herederos de los que siempre fueron franquistas y después se hicieron "catalans de casa bona" dejando la caspa franquista en Madrid? Por favor, un poco de reflexión.

Ante esta situación de miopía generalizada en la izquierda catalana me temo que el tsunami Podemos también les pasará por encima. Y no porque sea más o menos unionista, más o menos independentista, sino porque los problemas de los que habla su discuso, existen y mucho, en la sociedad catalana. Si no hay nadie que recoja aquí ese discurso con fuerza, con iniciativa y con voluntad de ganar, lejos de consensos castradores al lado de los que nos llevan pisando ya demasiado tiempo, que no se extrañen después de que la apisonadora les pase por encima. No sé quienes me leen, pero yo no quiero más "consenso" ni "unitat" en aras de "intereses de Estado", sea el español o el catalán, quiero alternativas, de las que ya se habla, y mucho, en España y de las que no se habla nada en las camarillas políticas y televisiones oficialistas de Catalunya (desde luego, sí en la calle). Ya está bien.

Los carteles de las CUP sobre el 9N insisten en su lema "Independencia para cambiarlo todo". Y yo me pregunto, ¿no nos iría mejor cambiarlo todo y después tener la independencia?

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