viernes, 13 de julio de 2012

Demasiado tiempo en manos de los del #quesejodan


Ayer muchos ciudadanos se quedaron atónitos viendo a Andrea Fabra, diputada del PP, aplaudiendo como una loca y gtritando "que se jodan" mientras Rajoy anunciaba el recorte de las prestaciones por desempleo. Twitter rugió y sigue rugiendo hoy, y mientras escribo estas líneas ya son más de 30.000 personas las que han firmado una petición de dimisión online contra esta diputada. 

Pero, ¿por qué nos sorprendemos? ¿De verdad es sorprendente que un partido que representa a los nietos del franquismo (miren sus apellidos) demuestre una nula sensibilidad social? Mucho se ha contrastado también la imagen de la ministra de economía italiana llorando mientras anunciaba recortes similares a los españoles con la de esta señora que además es hija de ese ejemplo para servidores públicos que es el señor Carlos Fabra. Ambas son políticas de derechas, a la primera incluso no la eligieron sus conciudadanos, ya que forma parte de un gobiernmo tecnócrata impuesto por la trokia comunitaria. ¿Qué les diferencia? Pues simplemente que la derecha española sigue siendo una rara avis en Europa, que a día de hoy no ha condenado el golpe de Estado del general Franco que nos abocó a 40 años de dictadura, que no tiene una tradición antifascista como tienen en Francia o Italia y que sigue partiendo de planteamientos profundamente clasistas y aristocráticos hoy ya muy olvidados en Europa. No hay más que ver las lecciones diarias de la condesa Aguirre.

Como muy bien señala el profesor Juan Carlos Monedero en sus libros y charlas (buscadlas en youtube, merecen la pena), mientras en París aún todos los meses suenan las sirenas en conmemoración de la memoria antifascista, aquí se sigue defendiendo el Valle de los Caídos como un monumento histórico de alto valor, y la "izquierda" oficial traga y pasa por el aro, aún sabiendo que sus abuelos y bisabuelos murieron como esclavos levantando esa aberración en pleno siglo XX. 

Sí, señoras y señores, estamos gobernados por un partido muy de derechas. Y sí, como no podía ser de otra forma, toma medidas muy de derechas. Y las aplauden a rabiar puestos en pie. Y piensan que los parados tienen que joderse, por vagos. Saben que ese tipo de recortes nunca afectarán a su casta, sino al populacho. Hasta ahí todo es normal. 

Lo que no es en absoluto normal es que, con la historia que hemos sufrido en España, esta gente haya obtenido 10 millones de votos. 

Que todo este desastre nos sirva al menos para reflexionar. Pero, por favor, hagámoslo rápido.