martes, 24 de abril de 2012

La tarjeta sanitaria se convierte en una tarjeta de clase social

Hoy se ha publicado en el BOE el Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones. En este Decreto hay un artículo del que los medios no están hablando y que a mí me parece un escandalazo: se establece que la AEAT y Seguridad Social cederán los datos de renta de todos los ciudadanos al INSS sin su consentimiento a efectos de determinar cuánto pagará cada uno por los medicamentos. Ahí va el articulito (que además se titula "Protección de datos personales" ¡viva la neolengua!):

Catorce. Se añade un nuevo artículo 94 ter, que tendrá la siguiente redacción:

«Artículo 94 ter. Protección de datos personales.
1. El Instituto Nacional de la Seguridad Social podrá tratar los datos obrantes en los ficheros de las entidades gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social y de las entidades que colaboran con las mismas que resulten imprescindibles para determinar la cuantía de la aportación de los beneficiarios en la prestación farmacéutica. Dicho tratamiento, que no requerirá el consentimiento del interesado, se someterá plenamente a lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, y sus disposiciones de desarrollo.
2. Del mismo modo, y con la finalidad a la que se refiere el apartado anterior, la administración competente en materia tributaria podrá comunicar al Instituto Nacional de la Seguridad Social, sin contar con el consentimiento del interesado, los datos que resulten necesarios para determinar el nivel de renta requerido.
Igualmente, los órganos de las administraciones públicas que resulten competentes para determinar la concurrencia de los requisitos establecidos para la exención de la aportación previstos en el apartado 8 del artículo 94 bis de esta ley, podrán comunicar esta circunstancia al Instituto Nacional de la Seguridad Social sin contar con el consentimiento del interesado.
3. El Instituto Nacional de la Seguridad Social comunicará a las administraciones sanitarias competentes el dato relativo al nivel de aportación que corresponda a cada usuario de conformidad con lo establecido en la normativa reguladora de las recetas médicas y órdenes de dispensación. En ningún caso, dicha información incluirá el dato de la cuantía concreta de las rentas.
Los datos comunicados de conformidad con lo dispuesto en el párrafo anterior serán objeto de tratamiento por la administración sanitaria correspondiente a los solos efectos de su incorporación al sistema de información de la tarjeta sanitaria individual.»


Es decir, que nuestra tarjetita sanitaria pasará a ser una tarjeta indicadora del estrato social al que pertenecemos, datos que serán conocidos por todas las farmacias de España, que son establecimientos privados.

Además del impresentable clasismo de todo esto, en mi opinión es una cesión ilegal de datos personales de toda la población.

Llevo toda la mañana alucinando (aún me queda capacidad de alucine).

Por favor reaccionemos!

sábado, 14 de abril de 2012

Bajo el sol africano


Hay fotos que hablan por sí mismas. De una cierta manera de entender la vida, de entender el mundo y de relacionarse con él. Como esta, que reúne mucha información acerca de la posición de un hombre en este planeta, posando imperial junto con dos cadáveres de búfalo, como aquellos aguerridos exploradores europeos que durante todo el siglo pasado (y el anterior) se iban de safari a África y, entre risotadas y tragos de ginebra (buenísima para la malaria) asesinaban jirafas, búfalos y elefantes con sus escopetas mientras los pobres negritos se derrengaban llevándoles los baúles a la espalda. Son sus dos trofeos, el premio a una agotadora jornada de caza por la sabana africana, que él se ha ganado, como padre de la patria, como prohombre artífice de la llegada de la democracia a un pequeño país del sur de Europa, como penúltimo eslabón de una regia dinastía francesa, llena de honores y hazañas en su magnífica historia.

Es un hombre de 74 años que últimamente anda preocupado, enfadado, decepcionado con su país, que no le quiere como antes, que no le entiende, que no le agradece lo mucho que le ha servido y lo mucho que se ha sacrificado por él. En África vuelve a sentirse libre, poderoso, él y la naturaleza, y su rifle, puede controlar la vida y la muerte. Lejos del desagradecido pueblo español. Y le gusta.

Ayer Juan Carlos I se rompió la cadera en una jornada de caza de elefantes en Botswana. Y saltó la noticia. Estará extrañado, pues llevará haciendo estas cacerías toda su vida y nunca ha considerado necesario informar de ello a sus súbditos. ¿Para qué? ¿Para que hagan demagogia barata? ¿Por qué no se callan? ¿Qué quieren, volver al caos de la República? No tienen ni puta idea de lo duro que es ser rey y de las grandes penurias que ha pasado en su vida desde que Franco le llamó a Estoril para que fuera su sucesor, así que se merece desfogarse de vez en cuando.

La Casa Real española ha visto rebajado su presupuesto en 2012 en un 2%, mientras que la Investigación, el Desarrollo y la Innovación han visto recortadas sus partidas presupuestarias en un 26%. ¿Pero quién les ha traído a estos tanta prosperidad? ¿De qué se quejan? Qué fácil es hacer demagogia, y qué bien sabe la ginebra bajo el sol africano.